UNA MOSCA se ha instalado en mi PC


2015

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Tengo una mosca. La grabé con mi cámara en el descanso de clase; por inercia, sin prestar especial atención, ella también estaba invista cuando hablaba con el móvil, mis dedos se movían por la pantalla como sus patas lo hacían en la suya, la ventana-pantalla del mundo; adivinatorio de que me ayudaría a plantearme preguntas sobre el proceso de creación. Busco más bien, para este ejercicio, un relato como resultado de una i nspiración inmediata, un “invisto”, algo que me es invisible pero que se manifiesta en otras formas de visibilidad.
Si pienso como leo en diagonal, como las funciones de “buscar” en las aplicaciones de texto de un ordenador saltan de un sitio a otro, ¿no es este movimiento que busca información el simil del movimiento de mi mosca?. Ella también recorre un mundo inmenso e infinito. Parece entonces que si sigo a una mosca en busca de un acto de conocimiento, no estoy desviándome mucho de mi deriva. La creación de una idea, de una imagen, siempre empieza con otra imagen, algo que explorar, la imagen de una posibilidad. ¿qué sucede si dejo que una mosca configure esa imagen, que el acto de descubrir no se imponga desde la voluntad de mi persona sino por el movimiento táctil de una mosca? Aportar su relato, esa idea, es mi principal función en este proyecto. Una mosca y yo somos coautoras de la investigación que supone este proyecto artístico.

Esta instalación produce un “retrato” de los participantes basado en los movimientos del mouse de la computadora mientras el participante navega por Internet. Este es un proyecto al que le tenemos mucho cariño porque, por un lado, un simple movimiento del ratón del ordenador puede generar una experiencia estética y, por otro, pensamos que el resultado puede ser un retrato de cómo las personas realizan una simple y acción común que probablemente desaparecerá en las próximas generaciones de computadoras manejadas por nuestra voz, gestos con las manos u otras interfaces naturales. Un retrato no siempre es una pintura al óleo; También podría ser un diseño digital de nuestra forma de leer en la web. Pero, especialmente en estos tiempos modernos tecnológicamente orientados, este tipo de retrato también describe con precisión a la persona, como lo fue la huella de nuestros antepasados ​​que tuvo lugar hace unos 20.000 años.

Pero ¿por qué “la mosca”? ¿No es el movimiento del ratón de la computadora un símil al movimiento de una mosca? La mosca también viaja alrededor de un mundo inmenso e infinito, de forma aparentemente aleatoria y sin propósito, pero….. ¿es realmente “aleatorio” y “sin propósito”? Esperamos que la participación de la gente les haga reflexionar sobre cómo las nuevas tecnologías nos están transformando, en particular creando nuevos hábitos de lectura. La gente ahora lee en pantallas, que es una forma de leer más fragmentaria, y dedica menos atención al texto y más a los titulares e imágenes. La instalación nos brinda la oportunidad de observarnos con una perspectiva diferente y alejada de nuestros gustos personales, y de valorar –en este caso- nuestra lectura online de otra manera.