DATA | ergo sum | REALOADED es una instalación de arte interactivo que visualiza la capacidad de visión de las máquinas que usan inteligencia artificial. Con espejos que centran la atención de los visitantes, la instalación observa y registra el comportamiento de los participantes sin que estos se den cuenta de que su simple presencia frente a un espejo está proporcionando una abrumadora cantidad de datos: se capturan alrededor de 20.000 parámetros en solo 20 segundos.
Los desarrollos en las técnicas de Visión Artificial e Inteligencia Artificial han dado a las máquinas la capacidad de obtener datos de nosotros sin nuestra participación activa. Este hecho se presenta a los visitantes a través de una visualización artística de un retrato que combina sus imágenes con su big-data personal.
¿Cómo nos ven y entienden las máquinas?. En esencia, este proyecto artístico presenta un tipo de retrato digital diferente: en lugar de ser una imagen estática, que representa un instante o la idea romántica de ofrecer la esencia de un individuo, consiste en un sistema visual complejo, en el que la tecnología computacional proporciona una perspectiva diferente. Son precisamente esas formas de ver, de vernos a nosotros mismos, lo que DATA| ergo sum nos invita a repasar frente a su sistema de IA. El desafío comienza con la parte que más nos diferencia a los humanos, el rostro para luego, finalizar en el cuerpo. Este análisis digital que nos hace legibles para una máquina abre nuevas posibilidades. Miramos datos desconocidos, arriesgándonos a reconocer tanto nuestra vulnerabilidad como lo irrepresentable o especulativo de la vida humana.
La instalación se presenta en dos espacios diferenciados. En el primero, denominado La Sala de Observación, destaca la presencia de dos espejos circulares. Cámaras, sensores y otros elementos tecnológicos se ubican en un segundo plano tratando de no distraer la atención sobre los espejos y su reflejo. Unos mensajes de voz sintetizados por IA llaman la atención de los visitantes, pero no se proporcionan instrucciones, solo una indicación marcada en el suelo como -área de observación-. Los espejos reflejan las imágenes de los visitantes mientras las cámaras graban al participante en tiempo real durante unos segundos.
El segundo espacio es la Sala de Proyección. El resultado final es un video “holográfico” que da forma a un retrato digital de los participantes. La representación del video es en tamaño real y los datos capturados aparecen flotando alrededor del participante, moviéndose y evolucionando, mostrando las conexiones que forman una red que de alguna manera simulan a las redes neuronales.
Estos “big-data personales" son tratados por algoritmos de IA que interpretan la información en bruto agregando capas de valor, como las emociones básicas de las expresiones faciales o los parámetros biométricos corporales, (basado en los artículos científicos del psicólogo Paul Eckman). La instalación captura en total 21 expresiones faciales, 39 parámetros relacionados con la expresión corporal, 10 medidas biométricas y deduce 7 emociones de las expresiones faciales. En resumen, un sistema de “IA espejo” que es capaz de parametrizar expresiones faciales y rasgos físicos para proyectar información en una secuencia, reduciendo a cada individuo a una secuencia de información.