Esta instalación consiste en un área que representa la cabeza de un artista en el momento de enfrentarse a una hoja en blanco. Los proyectores dibujan con luz las ideas evanescentes del artista que busca la inspiración a partir de múltiples recursos.
Simulando electrodos que leen el pensamiento en cadena, unos sensores sincronizados permiten la visualización de las secuencias del video que se proyectan sobre nueve cuadernos en blanco, dependiendo de la posición del visitante.
BOCETOS de luz presenta al visitante un cuaderno de artista que se formaliza en una instalación donde el dibujo no tiene un material concreto, no hay lápiz, ni pintura, solo papel y luz. Además su visualización depende de la posición y la presencia del espectador. La propia observación elabora por tanto la forma dando luz y foco a la imagen.
La distribución cíclica de la instalación sugiere una forma abierta y cerrada a la vez. Un lugar profundo en la mente del creador que se enfrenta cuando boceta a un desierto de ideas que ocupan el soporte en blanco. Los proyectores, brazos ejecutores que sistemáticamente arrojan filamentos de luz, habitan el soporte solo para la percepción de la imaginación. Sin fijación, evanescentes, los trazos proyectados en las hojas en blanco aluden a lo intangible, a una dimensión para madurar.
Los cuadernos de bocetos son la nada y el todo para un creador, un espacio-tiempo para enfrentar el principio y el final. Frente al desamparo del vacío, el riesgo de la creación y la imaginación se configuran como un palimpsesto sobre el que se colocan elementos acumulando, fijando y borrando los anteriores . Imágenes que transitan y nos hablan en clave: desde un ojo que mira al revés el mundo, pigmentos que se disuelven para dar forma, una hoja que inspira el aire y el agua del paisaje, o esferas que maduran como las ideas. Un mundo de imágenes que nos habla de la impermanencia de todas las formas.
BOCETOS de luz como un libro de artista más, no pretende dar significado. Solo propone explorar un proceso de comunicación no-narrativa en un marco visual abstracto. Un rosario de imágenes aleatorias con geometría trescientos sesenta grados sin certeza visual.